¿No os pasa que acumuláis restos de lanas y no sabéis qué hacer ya con ellos? A mi se me van quedando de los proyectos que termino, se me van acumulando en la cesta de lanas y ahí se quedan a la espera de que se me ocurra algo para usarlas…
Así que me he propuesto una cosa, ir usándolas en diferentes proyectos e ir explicándolos en el blog para que, las que tengáis síndrome de Diógenes (como yo) podáis ir dándole salida a los restos de lanas (para que ocupen su sitio otras nuevas, no nos engañemos, que vamos a seguir acumulando).
Estos son algodones que me sobraron de la chaqueta de granny que me hice el verano pasado.
La IDEA 1 de esta serie de entradas sería hacer un estuche o funda para guardar cualquier tipo de cosas.
En mi caso lo he hecho para guardar cosillas de punto que tengo por ahí perdidas: agujas de coser, tijeritas, etc.
Lo bueno de hacer estuches es que puedes ir usando los colores hasta que se terminen y entonces cambiar de color. En este caso conseguí usar la bolita de gris que me quedaba (¡¡¡¡bieeeeeen!!! Una menos!!!!) y, cuando la tejí entera, cambié a verde… jeje.
Reconozco que tampoco es que haya quedado nada del otro mundo pero los colores combinan y me sirve para guardar cosillas, que es de lo que se trataba… 🙂
He encontrado otros modelos para que sirvan de inspiración en Pinterest.
1) Estuche con dibujos a crochet (tapestry crochet): parecido al mío pero un poco más historiado. Queda muy mono si tienes 3 sobras de colores que combinen. Os dejo el enlace del blog donde aparece, si quieres verlo, pincha aquí.
2) Funda de gafas: me ha parecido una idea estupenda para fundas de gafas de ver o de sol. Si ya quieres que quede con acabado profesional puedes forrarlo con tela, como se ve en el modelo. Si quieres ver de donde hemos sacado la idea, pincha aquí.
3) Fundas para el móvil: pueden ser de móviles o también de gafas o cualquier cosa. Lo que me gusta es la idea de hacer la base de un color y ponerle por encima un motivo a crochet caladito de otro color. Me parece que queda bonito hasta para una cartera de mano arreglada.
Ya tenéis la primera idea sobre cómo aprovechar los restos de lanas, ya solo queda que… ¡¡os pongáis manos a la obra!!